(Casi) Nadie se pregunta si acaso es más real lo que puede ver, lo
que puede oír, o lo que contiene. Digamos que los cuerpos en escena
responden a modo de poema o reflexión en movimiento.
Aquí Nadie nos convida a ser testimonios de una deformación
sistemática y perceptiva de la realidad. Aquí Nadie baila nuestra
propia definición de delirio. Siendo la psicosis, entre otras cosas,
una deformación estructural del pensamiento, podríamos decir que
la danza es una deformación estructural del movimiento. Luego, ¿no
sería menester de la danza, desligar a la psicosis de su enquistado
tabú patológico?